El P. Guillermo José Chaminade experimentó que las estructuras eclesiales, las parroquias, las organizaciones y el pensamiento religioso, no eran adecuados para la época que nacía, a consecuencia de la revolución francesa. En su exilio en Zaragoza, junto a la Virgen del Pilar y con toda su tradición mariana, comprendió que algo nuevo estaba por surgir. Al regresar a Francia, reúne a un grupo de jóvenes con los que quiere iniciar un apostolado laical, integrador, bien formado en la fe y el pensamiento moderno, que le capacite para dar una respuesta coherente al indiferentismo religioso y al desmoronamiento moral de la sociedad. Es así como nace la Familia Marianista, constituida por comunidades de laicos y dos grupos de consagrados, Hijas de María Inmaculada (FMI) y Compañía de María (SM).El apostolado de esta familia carismática es dando vida a Cristo en el mundo, sin distintivos externos, con una fe del corazón. Viviendo con radicalidad el evangelio al igual que las primeras comunidades cristianas. María se convierte así en un pilar fundamental de la vida apostólica. El P. Chaminde asume el desafío de nuevos caminos para proponer la fe, quedando como frase fundante “Nova bella elegit dominus”. Algo nuevo nos exige el mundo nuevo. Se nos llama a una forma nueva de vida cristiana y religiosa. Encarnada en el mundo, a la manera de Jesús. Para demostrar, a nuestra sociedad, que se puede vivir hoy la fe con la misma radicalidad de los primeros cristianos.
Nuestra espiritualidad la podemos resumir en:
Hoy, la Familia Marianista de Chile, se ha propuesto trabajar estos pilares en cuatro equipos: