El punto de encuentro, el Instituto Linares, comenzó a recibir a los peregrinantes desde las nueve de la mañana. Con la Virgen María mostrando el camino, muchos se fueron sumando y llevando a “en andas” a María por las calles de nuestra ciudad.
Caminar juntos como familia nos permite reflexionar la palabra, conversar en un diálogo profundo y comunitario con el Señor y sobre todo seguir el fiel ejemplo de María, siendo nuestro caminar un testimonio alegre del Evangelio de Jesús.
Cada familia se unió formando una sola familia marianista, peregrinando hacia el Polideportivo del Centro de Padres. Allí, todos los cursos representados en sus delegados de pastoral, apoderados y estudiante, prepararon seis estaciones para rezar, cantar y alabar a María, nuestra madre.
Para continuar con el espíritu de familia, la Eucaristía se realizó en un ambiente de alegría, de cariño por María; acompañados por la presencia de la primavera junto a su luminosidad en medio de corazones en una misma sintonía.