Un plato de uvas, un recipiente con agua salada, fuentes de greda con pan sin levadura, achicoria, rábanos, lechuga, vino, agua, velas, pequeños adornos en las mesas, manteles,… todo lo necesario para los comensales.
Música de fondo; un silencio que se va apoderando del lugar y los invitados se van ubicando en el lugar.
“En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: este mes será para ustedes el principal…” Así se dio inicio a la celebración de la Pascua Judía, en el auditorio del colegio. Fue la tarde del jueves, con una invitación abierta para ser partícipes de esta cena.
Testimonios muy sentidos permiten adentrarnos en nuestra propia realidad, escapando de los dolores personales y de las penas de los demás; que muchas veces son indiferentes a nosotros…
Luego viene la ceremonia de las verduras amargas, el pan, el cordero y las uvas, el vino,… Jesús nos purifica, transforma el dolor en una gracia, hemos sido perdonados, liberados, y desatados nuestros nudos de dolor, dirigiéndonos hacia la libertad.
El Señor nos ha escuchado y ha compartido esta cena, con nosotros; demostrándonos que nos ama profundamente. Podemos estar felices y en paz, recordando este momento tan especial, vivido en el colegio, en el rosario recibido que nos invita a la reflexión diaria y a seguir acompañando a Jesús, en cada etapa de su vida.