Los Obispos de América Latina y el Caribe reunidos en Aparecida, Brasil, enseñan que uno de los lugares privilegiados de formación de los discípulos- misioneros de Jesucristo son los centros educativos católicos.
La iglesia está llamada a promover en sus escuelas, una educación centrada en la persona humana, que es capaz de vivir en la comunidad, aportando lo suyo para el bien.
Por ello las Escuelas católicas están llamadas a realizar la comunidad educativa y pastoral, involucrando el clima de familia, a jóvenes y adultos a padres de familia y a los educadores de tal manera, que esta pueda transformarse en una auténtica experiencia de Iglesia, reveladora del plan de Dios.