Para nosotros, quien asume este servicio es el signo visible de la comunión de la Región. Su tarea y responsabilidad comprende tanto la atención y preocupación por cada religioso, como la vida religiosa y apostólica de las comunidades religiosas y de las obras marianistas en Chile.
Una Región, en este caso Chile, es para nosotros una comunidad territorial compuesta por religiosos que viven en comunidades locales y trabajan en una misión común orientados, motivados y conducidos por el Responsable Regional.
Le agradecemos a Pepe por haber aceptado este servicio; oramos por él y le prometemos nuestra generosa colaboración.
José María Arnaiz