Es una de las primera obras literarias de la historia humana. No hay duda que es el libro para aprender a bien vivir y a no equivocarse en las grandes opciones de nuestro diario vivir. En él hay historia, enseñanza para hacer el bien y evitar el mal. Es el libro de referencia en la práctica para una buena mitad de la humanidad. Por eso nos ayuda pensar globalmetne y actuar concretamente.
Con ella se aprende el sentido de la vida y la solidaridad, la felicidad auténtica y la generosidad. Está hecha a la medida de lo más auténticamente humano; ayuda a bien pensar y mejor sentir. Nos trae preguntas y respuestas, nos cuestiona y lleva a intercambiar opiniones, nos deja con admiraciones y compromisos. Tiene muchos años, almacena sabiduría y así en ella uno encuentra estupendas respuestas a las preguntas y preocupaciones de nuestros días. En ella hay filosfía y también poesía de alto nivel.
Sabemos bien que el gran protagonista de esas páginas es Jesús; él habla y es protagonista; él se dirige a nosotros como a sus amigos y compañeros de camino y nos recuerda que es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Nos invita a entrar en profunda comunión con él. Cuando abrimos la Biblia y comenzamos a leer nos hacemos tres preguntas importantes: ¿qué me dice a mi este texto? ¿qué le digo yo a Jesús con este texto? ¿Qué me dice y propone Jesús con este texto?
Por supuesto, la Biblia es el libro para creer, para cultivar nuestra fe, para testimonarla, contagiarla y vivirla con pasión. Nos revela la presencia y la acción de Dios entre nosotros.Partiendo de los textos de la Biblia se llega a una estupenda reflexión sobre el ser humano, la condición humana, la sociedad y las más diversas realidades cotidianas. Ayuda a abrirse al otro. No dudo que para algunos jóvenes y mayores la Biblia les resulta aburrida. Hay que hacer de todo para se la busque; no hay duda que unas partes son más interesantes que otras. Es verdad, la Palabra de Dios no está ahí en el texto; no es fácil encontrar su sentido. Hay que “pescarla” como pescamos el pez que está en el agua.
En un colegio marianista la Biblia no puede faltar a clase; tiene que entrar en el aula y con los alumnos y los profesores. Leer la Biblia es un momento importante. A veces nos puede dejar pegados en una palabra, una frase, una narración. Otras nos sorprende por lo original y penetrante del texto, la frescura del mensaje, por lo atinado de lo que se nos propone. Al escucharlo quedamos con la impresión de que ha sido elaborado y escrito para nosotros. Nos llega y cuando lo recibimos concluimos que es lo que más necesitamos. Nos pone en camino para la respuesta que tenemos que dar. Despierta nuestra fe, fortalece nuestra esperanza y nos deja pegados en el amor. Ayuda a situarse bien frente a la violencia, la libertad, la exclusión. Nos facilita para ir al corazón de las cosas ya que a ese corazon habla siempre Jesús y a él llega la Palabra de Dios.
No hay duda que en este libro se inspira nuestro proyecto educativo marianista. Pero ¿cómo conseguir que la Biblia esté en el centro de la vida cotidiana del Colegio? Es una pregunta para los Rectores, los responsables de pastoral, los profesres jefes, los religiosos marianistas, los alumnos mayores y más pequeños. Hace muchos años que los Marianistas grabaron en la entrada del Colegio de Ntra Sra del Pilar el texto bíblico: “La verdad nos hará libres”. No dudo que esas cinco palabras han marcado la vida de no pocos exalumnos marianistas de ese centro. Pero además de estas referencias concretas tiene que haber hombres y mujeres inspirados que con ellas marquen el acontecer de cada día de un colegio. La tarea no es pequeña conseguir que en cada establecimiento educativo se viva de acuerdoal evangelio; puede llevar a uan gran vitalidad de la comunidad educativa. No olvidamos que la Biblia es Palabra de Dios; es él el que nos lleva a una referencia vital. Tiene que tocar lo que a cada uno le inspira y le supone el diario vivir. Se tiene que notar que el evangelio pertenece al carácter propio del establecimientio escolar marianista.
Por supuesto, la Biblia tiene que entrar en los hogares de los alumnos y profesores marianistas y tomar parte activa en la vida de los mismos. Se notará cuando entre las muchas palabras de una vida de familia también la Palabra de Dios se escucha y se pone por obra.
Padre José María Arnaiz
Presidente Fundación Chaminade