El domingo 12 de julio, un grupo de 34 jóvenes llegamos con temporal de viento y lluvia al cajón de Vega de Salas (pre-codillera de Linares). Nuestra tarea era titánica, no solo por el proyecto de trabajo que se había construido para la oportunidad, sino que también por el clima, que nos trato duramente. Llegamos y la localidad se encontraba sin energía eléctrica y sin agua potable. Que más duro que aquella realidad. Con un grupo de jóvenes fuimos junto a un vecino a buscar agua, la sorpresa fue que el agua que el vecino nos daba, era turbia, y el remedio era hervirla y tomarla. El Papa Francisco en la última encíclica Laudato si en el número 28, hace referencia a los problemas de agua segura a la que están sometidos los pobres. Pues, no solo en África no hay agua segura, sino que también en Chile. Inmediatamente se me vino a la mente esta realidad, los pobres no tiene y lo que no tiene, aun así lo comparten. Fuimos bendecidos ese día, no solo yo, sino que los 8 muchachos que junto a mí, fuimos detrás del agua.
Varios días fueron los de lluvia, pero creo que todos los que estuvimos, fuimos empapados de las gracias que caían del cielo. El Dios de Jesús nos bendecía abundantemente y estoy seguro que los 9 días que estuvimos en Vega de Salas, fueron una vivencia cercana del Evangelio. Cuando las mujeres van en busca de Jesús que ha muerto, el Ángel les dice que vayan a Galilea y ahí lo reconocerán. Pues no solo fuimos, sino que vivimos y compartimos con los vecinos de la Galilea de nuestros días.
El frío no pudo congelar 34 corazones ardientes de querer servir y ayudar. Los jóvenes que tuvieron la bendición de compartir esta experiencia, demostraron que están hechos de un coraje y valentía, que yo puse en duda de mí mismo. Pero son nuestros jóvenes lo que empujaron el carro, mejor dicho sudaron la gota gorda.
Nuestra única regla, fue el auto cuidado y que todos somos responsables de todo. Así lo definió el equipo organizador que estaba compuesto por David Chávez (ex IL), Anto león (IL), Seba Rodríguez (IMLP), María Fernanda Alveal (CPSM) y Ana González (CSMC). Las tareas domesticas se dividieron por grupos, ya sea, las comidas, los aseos y el orden. Solo diré que no he comido carbonada más rica que la que se preparó en nuestra semana de trabajos.
La construcción de dos media agua para un Centro de Madres, que será ocupada como lugar de ronda médica, de pago de pensiones y reuniones diversas de los vecinos. La restauración de la capilla, digo restauración, porque ocupamos tres sacos de yeso para tapar los hoyos que las murallas tenían (Trabajar con yeso, es tremendamente difícil, sino pregúntenle a los maestros que saben), además de pintarla y decorarla con el vía crucis. Luego seguimos con la pintura de la sede social, tanto el interior como el exterior. Por último pintamos una escuelita que atiende a 7 niños del sector.
De seguro, esta experiencia no se olvidará, y es tarea de todos nosotros seguir encendiendo los corazones de los jóvenes con las mismas ganas que en aquella Galilea pasó Jesús anunciando un tiempo de júbilo.
No es que quiera sacarles pica, pero al final de nuestra estadía en el lugar, fuimos despedidos con dos asaditos, cortesía de los vecinos que generosamente nos trataron como a sus hermanos. Por cierto, pudimos celebrar la Eucaristía junto a los vecinos, el día de la Virgen del Carmen, en una capilla repleta de amor, entrega y servicio.
Aprovechar de Agradecer a: la Compañía de María, fundación Sinergia, al Instituto Linares, al Instituto Miguel León Prado, al centro de Padres del IL, al centro de alumnos del IL, Al Centro de Padres del IMLP, al Centro de Alumnos del IMLP, Al Colegio Santa María de la Cordillera, Al centro de alumnos del CSMC. A las comunidades Laicas Marianistas, de Santiago y Linares, a la Municipalidad de Linares y a los vecinos de Vega de Salas, que fueron los que hicieron posible esta actividad, realizando aportes financieros y/o apoyando en otro tipos de recursos. Esperamos que para el verano, que ya se vienen prontamente, podamos seguir contando con el apoyo que hasta ahora han dado al proyecto.
Como dice el querido Padre Chaminade: “Métodos nuevos, para tiempos nuevos”.
Con Cariño fraterno.
Carlos Espinoza SM.