Durante 35 años ejerció como profesor de lenguaje y comunicación e inspector general, además de colaborar en medios locales como escritor, historiador y, en especial, amante de su querida ciudad, Linares.
De una fuerte personalidad y carácter, deja grandes recuerdos en sus amigos. A lo largo de su carrera siempre fue muy puntual, de muy pocas ausencias y con un gran gusto por los viajes.
Tuvo una entrañable relación con su señora madre, ya fallecida, con la cual vivió toda una vida, siempre preocupado por su bienestar.
Siempre fue responsable en su trabajo, constante y esforzado, jamás faltó en el momento más importante de un colega o del colegio.
Manuel comenzó sus años de docencia en el emblemático colegio Lucila Godoy de Linares y luego desarrolló la mayor parte su carrera en el Instituto Linares. Últimamente se ha dedicado a escribir en el diario El Lector y a participar en programas de entrevistas del canal 5.
De "pluma ágil y constructiva" fue descrito por el alcalde de nuestra ciudad, Rolando Rentería, cuando hace unos años fue objeto de una distinción especial que le otorgó la Municipalidad de Linares en el marco de la cuenta pública y aniversario de la ciudad. El edil le hizo entrega de un galvano que lo distinguió como un gran aporte a la ciudad, gracias a su trabajo pedagógico y el servicio que desarrolla en el diario El Lector, donde como columnista entrega la visión de un ciudadano linarense que tanto quiere a su ciudad.
Don Manuel ha contribuido al engrandecimiento de nuestro querido Linares, a través de sus escritos críticos, constructivos y la demanda permanente de la conservación de nuestro patrimonio cultural.
Cuántos linarenses conocidos y desconocidos de nuestra historia revivieron en su pluma. Cuántos lugares históricos ignorados por muchos fueron revelados por este hombre con alma de investigador histórico.
Muchas gracias por la entrega y el servicio.
Hasta pronto maestro y amigo.