Me parece importante señalar que este objetivo surge a partir de una reflexión comunitaria, lo cual le dio una fuerza y compromiso especial de parte de los animadores y asesores, pues sentían realmente suyas las actividades que se fueron desprendiendo de este trabajo previo.
No fue fácil ponerse de acuerdo con animadores de 2° y 3° medio, llenos de energía e iniciativa, no faltaron los desacuerdos, pero finalmente llegamos a articular un campamento pensado para esta etapa, donde fueron fundamentales la asesoría de la Hna. Carolina y de Francisco, novicio marianista. Junto a ellos, estuvimos permanentemente acompañando todo el proceso pastoral que se estaba desarrollando, debo decir que es emocionante constatar como luego de un trabajo bien intencionado y encomendándose a la acción del Espíritu Santo, se pueden observar frutos no sólo en los niños(as), sino que también en los animadores.
Ya en Achibueno, todo lo planificado se fue haciendo realidad. Para esto fue fundamental el compromiso de los animadores y la buen la disposición de los niños(as).
Nos levantábamos en promedio a las 7:00 y los niños 7:30, hasta las 2 o 3 de la mañana, hora que terminábamos la evaluación del día y la preparación del que venía.
A grandes rasgos la idea fue partir haciendo conscientes a los niños(as) de sus rasgos personales y cómo estas características las pueden poner al servicio de la comunidad, fortaleciéndose unos con otros, luego cuando ya estaba afianzada la conciencia de grupo, se introducía la imagen de Jesús, quien nos congrega y da sentido a nuestra misión. Todo esto a partir de una dinámica muy marcada por los juegos y los encuentros comunitarios.
Otro elemento a destacar fue ejercitar los momentos de oración personal, a pesar de la edad lograron muy bien entrar en esta dinámica, celebramos dos veces la eucaristía y hasta hicimos un rosario camino al río... lo demás queda en secreto, pues hay que guardar el misterio para los que aún no lo viven.
En síntesis, junto al equipo, estamos felices del trabajo compartido y esperamos haber alcanzado en alguna medida el objetivo que nos propusimos.
Algunas de las evaluaciones de los niños(as) fueron:
• Se logró la unidad, confianza y compañerismo
• Que nos levantemos más tarde, más tiempos libres
• Establecimos lazos con los demás
Todos sintieron haber alcanzado los objetivos que se planteaban por día y a nivel general.
Por lo tanto, no me queda más que agradecer al equipo y aquellos que entregan los recursos económicos (Fundación Chaminade) y logísticos: Sandra, la tía Mena, Marisol, que apoyó la enfermería y la señora Angélica, apoderada del Santa María, que nos hizo unas pizzas de miedo. David Chávez, ex alumno de Linares, cumplió la función de hacer respetar los horarios y tener todos los recursos a tiempo, gracias David. No puedo dejar de mencionar al novicio colombiano Wilson, quien siempre estuvo apoyando la labor de los animadores y fue un salvavidas muy divertido.
Un saludo fraterno,
Ignacio Pérez
Encargado de Faustino CSMC