María nos conduce hacia el Adviento: la espera de Jesús.
Ella esperaba un libertador para los pobres de su tiempo, cuando escuchó del ángel: Eres la amada del Señor y se ha fijado en ti para que seas la madre del Salvador de tu pueblo.
En la humildad respondió: que se haga en mi lo que Dios quiera.
Y sin orgullo ni soberbia se puso a servir a su prima Isabel. Esa humilde servidora, será proclamada la "Madre de mi Señor", "bendita entre todas las mujeres". Y aprovecha María para expresar lo que en su corazón venía meditando durante todo el camino hacia la casa de su prima Isabel: Los benditos son los pobres porque Dios se ha fijado en ellos, ha sido compasivo enviando a su hijo, pobre y humilde.
De esta manera ha destruido la soberbia de los poderosos y ha mirado con cariño a los humildes.
María así nos prepara para el adviento, para la espera del Señor.
Lo que esperamos no es un Dios poderoso que viene a reivindicar a su pueblo para hacerlo grande y dominador. Jesús viene por el camino humilde de María.
María lo sigue en sencillez de vida, no en gloria y admiración de los hombres.
María sigue a Jesús en la fe, esperando que Dios se manifieste en gloria, después de pasar por la cruz.
Ahora tendrá que ser hermana de todos los hombres, no la "bendita entre todas las mujeres". Así como su Hijo es el hermano bueno, solidario, humilde que "pasó haciendo el bien". María acompaña a su Hijo siendo la hermana de todos los que "escuchan la Palabra y la practican".
Llegará el momento trágico de la muerte del Hijo. Al pie de la Cruz, Jesús nos la entregará como Madre y nos pedirá a nosotros que seamos sus hijos y cuidemos de ella. Juan, en nombre nuestro "la recibió en su casa".
Así continuará después de la muerte del Señor como la Madre que reúne a sus hijos como la gallina recoge bajo sus alas a sus pollitos. Y será la "memoria viva de Jesús". Mirar a María es reconocer a Jesús.
Mirar a La Madre es descubrir el rostro del Hijo.
Por eso celebramos este mes de María: para encontrarnos con Jesús pobre y servidor.
VER RECURSOS EN www.iglesia.cl/especiales/mesdemaria2012