Como buenos educadores he podido ver que son capaces de pensar con el corazón, actuar motivados por el servicio, luchar por la bondad, la belleza y la verdad y moverse por la creatividad.
Estas tres palabras que les propongo las deben decir siempre y deseo que estén constantemente en sus labios. Tres palabras que, como buenos marianistas, nos sugiere, sobre todo, María que les broten en el trato con sus alumnos, sus padres y sus colegas:
Perdón, gracias y te quiero.
Que Dios les bendiga y nuestra buena Madre les dé:
Fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.
José María Arnaiz
Presidente de la Fundación Educacional Chaminade