Alicia Navarrete, directora ejecutiva de la Fundación Educacional Chaminade, dio el vamos a esta ceremonia con algunas palabras de bienvenida que compartimos a continuación:

“Quienes trabajamos al servicio de los colegios de la Fundación Chaminade, estamos hoy reunidos, para dar inicio a un nuevo año escolar, para darnos la bienvenida y saludarnos con fraternidad. Nos reencontramos con esperanza y compartimos los retos y oportunidades que nos trae este nuevo año.

Para quienes se integran a nuestras comunidades, y a quienes asumen nuevas responsabilidades, la invitación es a conocer y encantarse, en profundidad con este Proyecto Educativo, a aportar lo que cada uno tiene de la mejor manera posible, a participar de manera positiva y propositiva para contribuir y hacer vida este proyecto en el que creemos y confiamos. La educación marianista solo es posible con educadores identificados vitalmente con los valores del Evangelio y ojalá con su fuente, la persona de Jesús.  La persona del maestro es el elemento clave para hacer vida el proyecto de las obras educativas marianistas. Somos los educadores los que movilizamos y ejecutamos el proyecto. Como educadores tenemos una misión que nos trasciende, una misión que conlleva identidad.

Nuestra hoja de ruta es nuestro Proyecto Educativo. La gestión formativa siempre debe tener la proyección de futuro como un objetivo importante de reflexionar para que exista una ruta que nos permita mantener la tradición marianista en nuestras escuelas.

Les invito a todos a construir en las mentes y corazones de nuestros estudiantes, grandeza y belleza interior; Fe y sentido de vida. Educar es un acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide utilizar los mejores recursos, despertar la pasión y disponerse con paciencia al servicio de quienes asisten a nuestros colegios. Todos quienes trabajamos al servicio de la educación marianista debemos ser conscientes de lo importante que es lo que realizamos en el colegio; ello, se verá reflejado en lo que son y serán los estudiantes: su desarrollo integral, un proyecto de vida auténtico y valioso, una mirada de fraternidad, el sentido de pertenencia, los vínculos positivos, la valoración de la persona por sobre todas las cosas.

Estamos llamados a ser un referente de educación integral de calidad, en nuestro país. La educación marianista de calidad para los colegios de Chile se refiere a un enfoque educativo basado en los valores y principios marianistas, que promueven la formación integral de los estudiantes en un ambiente de respeto, solidaridad y excelencia académica. Este enfoque busca desarrollar no solo el intelecto de los estudiantes, sino sobre todo su dimensión espiritual, emocional y social, preparándolos para ser ciudadanos comprometidos y éticos en la sociedad. La educación marianista se centra en el cuidado individual de cada estudiante, fomentando su crecimiento personal y su capacidad para contribuir de manera positiva al mundo que les rodea, para permitirle que se mantenga en conexión con un mundo que se mueve, que va hacia adelante y que requiere respuestas creativas para configurar el futuro en fraternidad.  Nuestro compromiso con la excelencia implica ofrecer una educación que promueva el pensamiento crítico, la curiosidad intelectual, la creatividad y el amor por el aprendizaje.

En nuestra misión educativa, y por lo que significa la dinámica de un colegio, cada año se inicia como un viaje nuevo, que nos lleva, a través de procesos de diálogo y participación honestas, a reformular nuestro quehacer y renovar las experiencias educativas que ofrecemos a nuestros estudiantes.

Es este momento especial en que nos reunimos una vez más, con entusiasmo y esperanza, para dar inicio a un nuevo capítulo en nuestro camino educativo, quiero destacar a nuestro lema inspirador: "Marianistas Constructores de Paz".

Este lema nos invita a reflexionar sobre el poder transformador que yace en nuestras manos como educadores marianistas. Somos llamados a ser agentes activos en la construcción de un mundo mejor, un mundo donde la paz sea el pilar sobre el cual se sustenten nuestras acciones y relaciones.

La Paz es una opción de vida, es un estado de cordialidad, armonía, fraternidad y justicia que debemos fomentar en cada gesto, en cada palabra y en cada pensamiento. Recordemos que la paz comienza en nuestro interior, en la aceptación de nosotros mismos y en la valoración de la diversidad que nos rodea.

Este nuevo año escolar es una oportunidad para cultivar la paz en nuestra comunidad.

Estamos llamados a ser artífices de un ambiente escolar donde prevalezca el diálogo respetuoso, la escucha atenta y la comprensión hacia los demás. Cultivemos la paz desde la empatía, el respeto a la diversidad y la valoración de la dignidad de cada persona, recordando que cada uno de nosotros es y puede ser un activo agente de paz.

En palabras de nuestro fundador, el P. Guillermo José Chaminade, a los primeros congregantes de Burdeos, ‘estamos llamados a ser reconocidos por la forma en que nos tratamos’. El llamado es claro, debemos crear una cultura de la paz en todos nuestros espacios educativos; y eso no es sólo una responsabilidad de quienes lideran cada comunidad, sino, sobre todo, es una opción cotidiana que debemos tomar todas las personas de buena voluntad. La paz se educa, la paz se cultiva, la paz se cuida. Trabajemos juntos para que cada colegio sea un lugar de paz y sanación, donde cada uno sienta pertenencia y acogida. De esta manera vamos formando vínculos positivos y se abren espacios para contribuir.

Les invito a vivir un año de experiencias bellas, de apertura, con ánimo positivo y actitud propositiva que nos permitan seguir creciendo y engrandeciendo la educación marianista en Chile.

Bienvenidos cada uno de ustedes al año escolar 2024”.

La ceremonia finalizó con un cóctel que nos dio la oportunidad de reencontrarnos y compartir el carisma marianista. Agradecemos a todos quienes participaron y esperamos que este sea un gran año.