La Familia Marianista unida entre apoderados, profesores y estudiantes del Instituto Linares y Casa Estudio Chaminade; religiosos y religiosas, Proyecto Servir, y las Comunidades Laicas Marianistas del Maule, esto es Talca y Linares; caminamos cantando y haciendo oración, después de cuatro años interrumpidos por la pandemia y las condiciones climáticas.

Fue algo nuevo para los estudiantes más pequeños, quienes peregrinaron por primera vez, y un recuerdo poderoso para los más antiguos que, detrás de la Virgen y en momentos cargándola en andas, sentimos que este sello Marianista se lleva para siempre, se vive la fe en comunidad y se extiende por generaciones.

Había tanta expectación por este nuevo caminar, que nos salió a recibir el cura párroco de la Parroquia de Yerbas Buenas, Padre Daniel García, quien portaba en procesión también a la Virgen del Rosario. Luego, se unió al Padre Ángel Pardo, capellán del Instituto Linares, para juntos darle vida a la Santa Eucaristía, con la que culminó este encantador viaje de 12 kilómetros.

Le damos un agradecimiento especial a las religiosas del Monasterio, quienes nos recibieron encantadas y nos entregaron su participación cantando en el coro, para luego terminar con un alegre compartir.

Concluimos que fue una jornada emotiva, que nos llenó el alma nuevamente, en esta tierra maulina que año a año ve pasar nuevas generaciones de peregrinos con un solo fin: honrar a nuestra Madre María y agradecerle que nos entregó a su hijo Jesús para abrirnos al mundo, llevando su mensaje de amor y de esperanza.

María nos envía, María nos visita, María nos enseña… nos acompaña, nos anima, nos escucha y nos recibe...

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