También dimos por iniciado nuestro año pastoral junto a nuestros nuevos Coordinadores de Zona, Ángela y Reinaldo, dando gracias por su disposición al llamado, igualmente agradecidos con Patricia Amor, quien nos acompañó por tres años, los cuales no fueron nada fáciles por la pandemia, pero que con mucho compromiso, cariño y alegría logró sacar adelante.

Cuando el Espíritu de Dios toca nuestros corazones y nos hace dóciles es cuando damos fruto en abundancia. No cabe duda que todos, acompañados por los diferentes equipos de trabajo, podemos hacer de este año y todos los que vienen una verdadera misión, donde acompañados por nuestra Madre, la Virgen María, llevemos y mostremos el rostro amoroso de Jesús, a todos los lugares donde nos encontremos. Seamos testimonio de su inmenso amor y fortalecidos con el carisma de nuestros fundadores; vivamos unidos y comprometidos con cada llamado.

Terminamos la jornada con una rica cena, donde pudimos nuevamente, después de tanto tiempo, abrazarnos y compartir la alegría del reencuentro, agradecemos a Paula y su esposo, que como siempre nos acompaña y anima en este caminar, haciéndose el tiempo para estar presentes.

Que el Padre, el hijo y el Espíritu Santo, sean glorificados en todas partes, por la inmaculada Virgen María. Amén.