Queridos hermanos y hermanas,
Estoy muy contenta de unirme a todos vosotros en esta segunda circular, en este día en que celebramos a Nuestra Señora del Carmen.
Las Comunidades Laicas Marianistas de todo el mundo se están preparando para el 8º Encuentro Internacional de las CLM en Guadarrama, Madrid, España. Todos esperamos este encuentro y damos gracias a Dios por lo que esta asamblea nos permitirá experimentar como Comunidad Internacional. También acaba el mandato de los miembros de la Organización Internacional que fueron elegidos para el periodo 2018-2022.
Ha sido un honor servir a las CLMs como Presidenta a nivel internacional. Y no es sin emoción que termino este mandato que me ha dado muchas alegrías. Vuestros rostros, los encuentros, quedarán grabados en mi corazón y me acompañarán en las futuras misiones que el Señor me confíe en la Iglesia. Me gustaría agradeceros a todos vuestra confianza y apoyo.
Quería entregaros la segunda y última circular de mi mandato. Forma parte de un tiempo lleno de reflexión en la Iglesia. El Papa Francisco hace un llamamiento a la fraternidad BEATRICE LEBLANC CIRCULAR N° 2 2 y a la "amistad social" en su Encíclica Fratelli Tutti, promulgada en 2020, en medio de una pandemia que no ha hecho más que agravar los desequilibrios mundiales. También convoca a la Iglesia universal a un proceso sinodal que comenzará en septiembre de 2022 y que durará hasta octubre de 2023 con la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. No es casualidad, por tanto, que esta circular tenga como tema los caminos de la fraternidad en nuestras CLM.
Nuestras comunidades son comunidades llamadas "Fraternales". En muchos lugares, se llaman "Fraternidades". Esto demuestra la importancia que damos a esta dimensión. Pero el Papa Francisco nos llama hoy a profundizar en esta dimensión tan esencial para nuestra vida en las CLM. Su Encíclica nos despierta y alerta a las CLM de todo el mundo. Nos ayuda a redefinir nuestra vocación, como laicos marianistas, para vivir la Fraternidad en nuestras comunidades. ¿Por qué? Sin duda, porque siempre necesitamos renovarnos en lo que vivimos. No hay línea de meta en el camino hacia la fraternidad. Sólo hay un camino que seguir para cumplir humildemente nuestra misión.
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