“Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy”. Así se expresó Jesús después de lavar los pies a sus discípulos. Desde el momento en que el Hijo de Dios quiso llamarse "Maestro" colocó ese título entre los más sublimes de la tierra.
Con una liturgia de acción de gracias por nuestra vocación de educadores, comenzamos la celebración de nuestro día, en la que recordamos la raíz de nuestra vocación, la PEDAGOGIA de Jesús, siendo siempre inclusiva, esperanzadora, transformadora, desde la realidad, Él enseña con palabras y acciones, él vive lo que anuncia y anuncia lo que vive.
En la homilía, Padre Enrique nos invita a continuar con nuestra misión de educadores, como lo hizo Jesús, a través del servicio a los demás, según el evangelio que nos llama y nos recuerda: “Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir”.
Damos gracias a Dios por nuestra vocación y por el momento vivido como comunidad en esta celebración. Estuvo marcada por momentos especiales en que pudimos presentar reflexiones en relación a esta hermosa vocación que compartimos, la importancia del rol que cada uno cumple en el colegio, nuestro quehacer centrado en el bienestar y desarrollo de nuestros estudiantes, el agradecimiento por el trabajo, el compañerismo y un hermoso gesto de bienvenida a quienes se integran este año al CPSM.
En el momento recreativo pudimos disfrutar de algunas competencias entretenidas, música, baile y la entrega de un presente personalizado para cada uno. Extrañábamos este espacio de encuentro para compartir un momento de camaradería.