En esta nueva forma de ser escuela y construir comunidad los elementos a considerar son múltiples; en primer lugar, tienen relación con las condiciones de seguridad e higiene que nos ayuden a hacer del colegio un espacio seguro para estudiantes y funcionarios y, por supuesto, las condiciones tecnológicas y de conectividad que permitan esta transmisión simultánea de las clases presenciales a quienes están en forma online.
Uno de los propósitos de la educación híbrida o blend learning, como también se le conoce, es que podría combinar lo mejor de la formación online con lo más valioso de la presencial. Y si bien es una modalidad de enseñanza que lleva un tiempo como un formato idóneo para la educación en la era digital, la pandemia aceleró su implementación, está adaptándose a nuevos estilos de aprendizaje, donde el uso de las TICs se ha convertido en un elemento fundamental. No obstante, este desafío se debe transformar en una propuesta que abarque mucho más que sólo usar nuevas tecnologías en la educación, sino que significa aprovechar las posibilidades que brinda el acceso a Internet, y la utilización de dispositivos electrónicos en las clases, para brindar a los estudiantes la posibilidad de experiencias de aprendizaje enriquecedoras, pertinentes a la época que vivimos y con vistas al mundo tecnológico que ellos tendrán que resolver en el futuro.
En nuestro colegio, dvidimos el proyecto de retorno a la presencialidad e implementación de clases híbridas en tres áreas: Infraestructura y recursos; normativa vigente y seguridad; y, organización curricular y pedagógica. En las diferentes áreas, muchos y variados han sido los ajustes y la organización que hemos tenido que implementar: revisión de la normativa del Mineduc y Minsal, reestructuración del Plan de Retorno, elaboración y difusión de protocolos de seguridad para protección del contagio por COVID-19, distribución de señaléticas, armado del Protocolo de seguridad Laboral, organización del sistema de limpieza, higiene y sanitización, reuniones y visitas de asesoría de la ACHS, control de ingreso y salida de personas, organización de lugares y aforos, instalación de medidor de CO2, capacitación al personal de servicio en protocolos y acciones de limpieza e higiene, reuniones con todos los estamentos del colegio, capacitación a docentes y asistentes de aula para la implementación de clases híbridas, organización de horarios y ajuste de la jornada de clases, elaboración de calendario de retorno a la presencialidad, distribución de estudiantes por grupos para respetar el aforo de las salas de clases, consentimiento informado para la asistencia presencial para dar cuerpo a la realización de clases híbridas. Autocuidado y cuidado solidario son también pilares de la presencialidad en condiciones de crisis socio sanitaria; en este sentido, en el caso de los estudiantes, las familias juegan un rol fundamental al conversar con sus hijos e hijas para el adecuado cumplimiento de los protocolos, desde la salida de sus casas hasta el retorno al hogar.
Esto es nuevo para todos y estamos aprendiendo juntos. Para quienes han podido asistir en estas semanas, especialmente para los estudiantes, la experiencia del reencuentro ha resultado maravillosa. En este período de implementación hemos recogido las impresiones y emociones de los estudiantes que resaltan la alegría de venir al colegio, encontrarse con su compañeros y profesores, de la irremplazable interacción personal que combina el afecto y la cercanía tan importantes en el adecuado desarrollo psico emocional, cognitivo y físico de las personas. Que los espacios del colegio se llenen de voces y risas de los niños, niñas y adolescentes de nuestra comunidad, revitaliza el alma y enciende las emociones positivas.
Hemos puesto especial énfasis en organizar, desde el comienzo, oportunidades de presencialidad para los estudiantes más pequeños de nuestra comunidad: pre kínder y kínder. Sabemos que todos los estudios demuestran que, en estudiantes preescolares, y de los primeros niveles de E. Básica, un temprano acceso a los ambientes educativos afecta positivamente el desarrollo de la habilidades socioemocionales y cognitivas. No podemos olvidar que algunas de las funciones de la escuela son difíciles de reemplazar, sobre todo cuando se trata de los estudiantes más pequeños, cuyo proceso educativo no solo se centra en la transmisión de saberes, sino que incorpora el desarrollo de las funciones ejecutivas, es decir, control de comportamiento, elaboración de metas, memoria, entre otras, que se comienzan a desarrollar entre los 3 y 5 años. Habilidades que no pueden ser enseñadas de forma remota (Lancet Child Adolesc Health, 2020).
Estamos en un proceso de construcción y desarrollo; investigando y probando estrategias de enseñanza y aprendizaje, en esta nueva modalidad de ser escuela y construir comunidad. Al finalizar la segunda semana de clases en esta modalidad, realizamos un Consejo de Profesores para reflexionar respecto de lo que ha significado esta puesta marcha. Hay coincidencia que la experiencia ha sido positiva y la palabra que más destacó en la comunidad fue felicidad. Resumimos lo que constituye la próxima etapa de encuentro docente, en la siguiente reflexión que presentó el departamento de Historia y Ciencia Sociales: “Es necesario pensar en la evolución y enriquecimiento del modelo híbrido, para ir optimizando los procesos de aprendizaje. En ese sentido, se debe ir rescatando la didáctica de cada asignatura para ir siendo fiel a los objetivos y desarrollo de las habilidades (por ejemplo, romper con la dicotomía de lo presencial y virtual, para ir generando un equilibrio que dé cuenta de un modelo didáctico de integración discursiva, es decir, que se puedan escuchar todas las voces)”.
Estamos convencidos que el camino es mantener activos los espacios de diálogo pedagógico en el que podamos compartir experiencias, estrategias efectivas de aprendizaje y formas de evaluación en este nuevo contexto.
Alicia Navarrete Castillo
Rectora CPSM