(...) "El día después de la fiesta de "Acción de gracias" de 2002, nos enteramos de que yo estaba de nuevo enferma. Apareció un nuevo tumor entre mi corazón, mis pulmones y mi columna vertebral. No había ya nada más que hacer. Habíamos agotado todas nuestras opciones de quimioterapia y radiaciones, y proceder a una operación, no parecía posible en ese momento. Le pregunté a mi médico cuánto tiempo me quedaba de vida. El me dijo que no se podía saber exactamente, quizás de tres a cuatro meses. Pero también me dijo que, como católico convencido, él creía en los milagros. Y me contó algunos casos. Al oír esto, mi corazón cambió y mi familia y yo animamos a la gente a rezar todavía más. Mis oraciones al Beato P. Chaminade se hicieron más frecuentes. Mis padres y algunos de los amigos de casa también rezaron las oraciones en que se ponía por intercesor al P. Chaminade. Cuando yo rezaba no lo hacía para pedir concretamente mi curación. Yo pedía ayuda para poder afrontar lo que me viniera, ya significara la vida o la muerte. Yo siempre me sentí llena de paz, segura de que todo iría bien. Pero no sabía exactamente lo que eso significaba. Yo tenía fe en que Dios y en que las oraciones hechas al Beato P. Chaminade me ayudarían a lo largo de mi camino, fuera el que fuera" (...)
FUENTE: www.marianistas.org